Ser mamá, es hacer GRANDES SACRIFICIOS
Crecemos,
dejando de lado muchos prejuicios..
Sin dudar
un instante, damos la vida por los pequeños, y ese impulso, jamás va a cambiar..
Tenemos
una nueva visión en todo, tratamos de no encontrar obstáculos en nuestro
camino. (Cuesta, pero lo logramos.)
Conocemos
a la noche y al día de otra forma, más agotadora y largas, pero aun así nos
levantamos rapidísimo, cuando oímos algún ruido en la cuna de nuestros
pequeños, y los terminamos hacer dormir en nuestra cama. Es algo hermoso.
Comenzamos
a valorar los momentos más simples, porque no sabemos cuándo será la última vez
que lo hagan, porque los peques, crecen rapidísimos.
Hacemos oídos
sordos a los “sabiondos”, “expertos en maternidad”, para poder aprender de
nuestra experiencia con nuestros errores y virtudes.
Sentimos,
las culpas más grandes casi por
cualquier cosa.
Nos
convertimos en maestra de vida, nuestras acciones y pasos son seguidos y
observados y valen más de lo que puedas decir; te lo comprueban cada día.
Ser madre
es: asumir la responsabilidad de formar seres independientes, libres de
pensamiento, sanos de cuerpo y alma, seres conscientes y muy amados
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