Llama a la puerta, no le abro... pero tiene llave y entra... es el ...el mundo...viene a ponerse en mi contra...es entonces cuando tengo ganas de gritar, de llorar de explotar de rabia, pero un fuerte carácter me impide ser así de débil...y entonces estalla por otros sitios, a menudo reflejándose en dolencias físicas... intento pensar en positivo, pero lo negativo también conoce la entrada...y entra....y me amarga y no me deja pensar con raciocinio, es entonces cuando dejo mi vida fluir sola...como una concha en el mar que se deja llevar por el dulce va y ven de las olas, pero a la cual golpea fuerte contra las rocas cuando este se pone bravo...muy a menudo me pellizco para saber y sentir que estoy despierta y que vivo, porque hay momentos que no se distinguir entre sueño y realidad...
Cuando el mundo se pone en tu contra piensas que ya nada podrá salir bien, que todos los dioses del universo se han marchado y te han dejado...pero quizás lo que estén haciendo sea simplemente enseñarte a caminar...queramos o no, es así como aprendemos todo en la vida, llevando golpes, levantándonos y siguiendo una vez mas....pero hay veces que sientes que el mundo no te deja ni levantar cabeza para respirar...y es entonces cuando consciente e inconsciente empiezan una guerra en la que el mundo es su enemigo publico numero uno...y todo te enfada y todo te molesta...y quieres gritar, llorar, patalear como los niños… pero no puedes, porque eres adulto ya...porque ya tienes un carácter tan arraigado a tu persona que impide soltar una lágrima...hasta tu carácter se pone en tu contra y no te deja hacer lo que tanto necesitas...
Estos son los momentos en que el mundo te pone tantas veces...se sale de ellos como de todo... pero como cuesta....luego todo se olvida cuando la felicidad te vuelve a sonreir de nuevo...pero que difícil es tener el mundo en tu contra...y que difícil también es poner el mundo a tus pies.