15 octubre 2013

cry

Sé que necesito llorar;
pero llorar mucho, intensamente,
vívidamente... llorar de adentro.
Hay tanto sentimiento acumulado,
feliz, triste, alentador, victorioso, humilde,
grandioso... y tan mío...
Yo sé que necesito llorar
por los milagros logrados,
los que se hacen con la ayuda de grandes apoyos.
Tal vez sea una catarsis de amor, 
tal vez una catarsis de pena, pero necesito llorar.
Llorar mucho, y en ese llanto no parar
como hace uno cuando se emociona tantas veces, 
y se esfuerza al límite para no demostrarlo,
sino seguir hasta sacar toda la angustia 
buena y mala afuera y que en el aire se diluya, 
y liberarme.
De que sirve el vivir sin sufrir 
y de que sirve el amar sin llorar?
Llorar la ausencia, llorar los logros,
llorar la hazaña, si es que hubo alguna, 
llorar de alegría, y sí hubo algunas.
Llorar, como sentimiento de verdades no dichas,
pero de lo que está impregnado mi corazón.
Llorar de júbilo y llorar de dolor.
Hacer un culto al llanto, tan contenido, 
tan escondido y tan necesario hacerlo aflorar.
Es difícil, pero necesito, hoy llorar,
por lo que pasó, y por lo que va a pasar.
Llorar por lo que logré y por lo que no; 
llorar por que es un sentimiento íntimo y sublime... 
y cuando uno ve quien está al lado,
físicamente o no, se puede seguir llorando por que de eso se trata.
Llorar mágicamente por que, si se entiende, 
es un acto de amor y purificación... 

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